El OCR combina carrera de resistencia con ejercicios de fuerza y habilidad. Por ello entrena varias capacidades físicas y mentales:

• Resistencia cardiovascular: correr tramos de varios kilómetros (a campo o en pista) mejora el acondicionamiento aeróbico. Las carreras exigen mantener un ritmo alto durante toda la prueba.

• Fuerza muscular: especialmente del tren superior (brazos, hombros, espalda) para subir cuerdas/barras, del tren inferior (piernas) para saltar y trepar muros, y del core (abdomen) para estabilizar el cuerpo. También se trabaja la fuerza de agarre, vital para sostenerse en obstáculos suspendidos.

• Potencia y explosividad: muchos obstáculos requieren fuerza explosiva (saltos, tirones de cuerda, subidas rápidas), por lo que los entrenamientos suelen incluir pliometría y sprints cortos.

• Agilidad, coordinación y equilibrio: se necesitan habilidades motrices para desplazarse por obstáculos técnicos o inestables (barras, superficies inclinadas, etc.) sin caerse. La destreza al ajustar la velocidad y los movimientos es clave.

• Resiliencia mental: OCR exige gestionar el cansancio, superar el miedo (por ejemplo al barro, fuego o alturas) y resolver problemas en carrera. Fomenta la tenacidad y la capacidad de recuperarse de un fallo rápido.

• Trabajo en equipo: en modalidades grupales (mud runs) se desarrollan la colaboración y el espíritu de equipo. Incluso en eventos individuales, muchos atletas se apoyan mutualmente.

En resumen, el OCR requiere destreza, habilidad y fuerza física, además de buena condición cardio. Un plan de entrenamiento OCR típico incluye entrenamiento funcional (levantamiento de peso, dominadas, cuestas) y cardio intenso para afrontar muros, cuerdas, obstáculos móviles y cargas pesadas.